
Los Dirty Projectors se han convertido en mi banda destroza-música favorita y cuenta con los integrantes más cool de todo el planeta tierra.
Empezando por el que lleva la batuta, el genio más loco de la escena. Dave Longstreth, con su capacidad de construir armonías a partir de las más incoherentes partituras y hasta concluir con su etérea tecítura de voz que derrite y contagia de amor a cualquiera que consuma tal calidad vocal.
Luego vienen todas las coristas que lo acompañan para implementar una fuerte dosis de dulzura y psicodelia al trabajo esquematizado de Longstreth. Éstas, por su parte, desempeñan una de las funciones de la cual soy amante, son la cereza en el pastel que a la vez funge como parte fundamental de las creaciones de los Dirty Projectors, si no fuese por ese exquisito tiki-taka de voces tal vez no estaría tan fascinado con ellos.
No cabe duda que Longstreth y compañía son una cosa totalmente compleja y alejada de los estándares de "buena música" que rondan por todos lados.
Muero por verlos en vivo, ojalá los traigan pronto, petición de un humilde fan en su humilde blog.
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